EL TÍTULO:
HERMANOS INSEPARABLES DEL CUERPO.
Y ASÍ COMIENZA ESTA HISTORIA DE CUENTO.
-
-
El florista, el
florista, quien me compra una flor.
El florista, el
florista, quien me compra una flor.
-
Son las más
frescas del día señor.
Son las más
frescas del día señor.
-
¡Una flor
caballero! ¡Un ramo de margaritas señora!
¡Una flor
caballero! ¡Un ramo de margaritas señora!
-
Son las más
frescas y silvestres, de un campo lleno de amor.
Son las más
frescas y silvestres, de un campo lleno de amor.
-
El florista, el
florista quien me compra una flor.
El florista, el
florista quien me compra una flor.
-
¡será usted
caballero! ¡Regálele una flor a su bella dama! ¡o este hermoso ramo de
margaritas para la señora!
¡será usted
caballero! ¡Regálele una flor a su bella dama! ¡o este hermoso ramo de
margaritas para la señora!
Caminando
y caminando, un pie va tras otro, paso a paso un pie va al lado del otro. El
florista ya no es joven, casi los 70 años lleva caminando, él vive solo, y sus
únicos compañeros imaginarios, con los que suele hablar, son sus manos y pies
quienes les ayudan a trabajar.
y caminando, un pie va tras otro, paso a paso un pie va al lado del otro. El
florista ya no es joven, casi los 70 años lleva caminando, él vive solo, y sus
únicos compañeros imaginarios, con los que suele hablar, son sus manos y pies
quienes les ayudan a trabajar.
Tanto
sus manos como pies, hermanos son desde que nacieron, Los pies sujetan los
pilares de su amado cuerpo.
sus manos como pies, hermanos son desde que nacieron, Los pies sujetan los
pilares de su amado cuerpo.
Las
manos, inseparables del resto del cuerpo, ellas van todo el día por encima de
sus hermanos pies.
manos, inseparables del resto del cuerpo, ellas van todo el día por encima de
sus hermanos pies.
Ellas
ayudan a sus dos hermanos pies a vestir sus calcetines y zapatos, incluso a lavarlos.
ayudan a sus dos hermanos pies a vestir sus calcetines y zapatos, incluso a lavarlos.
Todos
estos hermanos, unidos en un solo cuerpo, viven a las afueras de la gran ciudad
llamada Esperanza, en una casita llamada descanso.
estos hermanos, unidos en un solo cuerpo, viven a las afueras de la gran ciudad
llamada Esperanza, en una casita llamada descanso.
Solo
su hermano pensante Julián, es el que decide por todos ellos, como caminar o como
agarrar las cosas.
su hermano pensante Julián, es el que decide por todos ellos, como caminar o como
agarrar las cosas.
Cuando
el señor Julián piensa y toma sus decisiones, los hermanos pies caminan, las hermanos
manos, recogen, agarran o reparten las flores.
el señor Julián piensa y toma sus decisiones, los hermanos pies caminan, las hermanos
manos, recogen, agarran o reparten las flores.
Su
hermana, llamada boca, es la que habla por todos ellos.
hermana, llamada boca, es la que habla por todos ellos.
-
¿Quién quiere
flores señores?, son las más frescas y bonitas del día.
¿Quién quiere
flores señores?, son las más frescas y bonitas del día.
-
-
-¡Una flor
señora! ¡Un ramo de margaritas señor!
-¡Una flor
señora! ¡Un ramo de margaritas señor!
Así
se pasan casi todo el día.
se pasan casi todo el día.
Muchas
veces, la venta de sus flores es tan mala, por causas del mal tiempo, que no
tiene ni para el pago del autobús, el cual les lleva a las cercanías de su
hogar llamado Reposo, si así no fuese, tendrían que caminar más de dos horas
hasta llegar a él. Es una casita de madera chapa y cartón, que él mismo Señor Julián
con sus hermanos manos y pies construyo a las afueras de la gran ciudad.
veces, la venta de sus flores es tan mala, por causas del mal tiempo, que no
tiene ni para el pago del autobús, el cual les lleva a las cercanías de su
hogar llamado Reposo, si así no fuese, tendrían que caminar más de dos horas
hasta llegar a él. Es una casita de madera chapa y cartón, que él mismo Señor Julián
con sus hermanos manos y pies construyo a las afueras de la gran ciudad.
Sus
dos hermanos pies cargaron todo el peso. Sus hermanas manos sujetaron con
clavos y cordel, lo que ahora es su humilde hogar.
dos hermanos pies cargaron todo el peso. Sus hermanas manos sujetaron con
clavos y cordel, lo que ahora es su humilde hogar.
Sus
hermanos pies algunas veces, le suelen decir a sus hermanas manos, que no agarrase
tanto peso, porque ya no son tan jóvenes para tanto esfuerzo.
hermanos pies algunas veces, le suelen decir a sus hermanas manos, que no agarrase
tanto peso, porque ya no son tan jóvenes para tanto esfuerzo.
Estos
cuatro hermanos, manos y pies, por el momento nunca desobedecieron al Señor
Julián, aunque cada día, notan que los años que van pasando, pesan más sobre
ellos.
cuatro hermanos, manos y pies, por el momento nunca desobedecieron al Señor
Julián, aunque cada día, notan que los años que van pasando, pesan más sobre
ellos.
Bien
saben todos ellos, que no pueden quejarse demasiado, y menos rendirse, si se
quejan, solo es para decirle a su hermano Julián, que no pueden con tanto peso, o el tanto
caminar. Todos ellos hacen un gran esfuerzo de equipo desde que nacieron.
saben todos ellos, que no pueden quejarse demasiado, y menos rendirse, si se
quejan, solo es para decirle a su hermano Julián, que no pueden con tanto peso, o el tanto
caminar. Todos ellos hacen un gran esfuerzo de equipo desde que nacieron.
De
vez en cuando los hermanos pies, se quejan al señor Julián, porque ellos están
doloridos de tanto caminar, Julián les suele dar unos momentos de descanso, así
que suele sentarse a descansar por un instante, en una esquina de la calle.
vez en cuando los hermanos pies, se quejan al señor Julián, porque ellos están
doloridos de tanto caminar, Julián les suele dar unos momentos de descanso, así
que suele sentarse a descansar por un instante, en una esquina de la calle.
Julián
les ordena a sus hermanas manos, que les quiten por un instante sus viejos zapatos,
para que puedan relajarse y descansar. Diciéndoles.
les ordena a sus hermanas manos, que les quiten por un instante sus viejos zapatos,
para que puedan relajarse y descansar. Diciéndoles.
-
Está bien, está
bien, tranquilos hermanos pies, las hermanas manos os van ayudar. Sé que son
viejos los zapatos y estos están rotos, sabéis que no podemos comprar, si ahora
lo hiciésemos, no nos podremos alimentar.
Está bien, está
bien, tranquilos hermanos pies, las hermanas manos os van ayudar. Sé que son
viejos los zapatos y estos están rotos, sabéis que no podemos comprar, si ahora
lo hiciésemos, no nos podremos alimentar.
-
El
pie derecho rápidamente le responde a su hermano Julián.
pie derecho rápidamente le responde a su hermano Julián.
-
No solo es
cansancio estimado hermano, sabemos que no debemos dejar de caminar, pero en
este caso, es de ley parar.
No solo es
cansancio estimado hermano, sabemos que no debemos dejar de caminar, pero en
este caso, es de ley parar.
-
Su
otro hermano pie, le pregunta que le ocurre.
otro hermano pie, le pregunta que le ocurre.
-
Lo que ocurre
estimado hermano, es que el agujero del zapato que ya está muy remendado, se ha
colado una piedrecita y esta no deja de molestar! por eso hemos tenido que
parar.
Lo que ocurre
estimado hermano, es que el agujero del zapato que ya está muy remendado, se ha
colado una piedrecita y esta no deja de molestar! por eso hemos tenido que
parar.
El
viejo Julián, tiene una manera peculiar de remendar las suelas de sus viejos zapatos,
estas, están remendadas con unos trozos de plástico o cartón. Julián les dice a
sus hermanos pies.
viejo Julián, tiene una manera peculiar de remendar las suelas de sus viejos zapatos,
estas, están remendadas con unos trozos de plástico o cartón. Julián les dice a
sus hermanos pies.
-
Sé que lleváis
mucho tiempo caminando, así que tranquilos hermanos pies, que al llegar a casa,
vuestras hermanas manos, os darán una buena refrescada con agua bien calentita,
así podréis relajaros de tanto caminar.
Sé que lleváis
mucho tiempo caminando, así que tranquilos hermanos pies, que al llegar a casa,
vuestras hermanas manos, os darán una buena refrescada con agua bien calentita,
así podréis relajaros de tanto caminar.
Al
decirles eso a sus hermanos pies, Las manos por un instante dejaron las flores
a un lado, y quitándoles los zapatos a sus hermanos pies, por un instante los
pies quedaron más sosegados.
decirles eso a sus hermanos pies, Las manos por un instante dejaron las flores
a un lado, y quitándoles los zapatos a sus hermanos pies, por un instante los
pies quedaron más sosegados.
-
-¡Huaauuu! Julián
que maravilla! menos mal que no está el día muy frío ni llueve, es agradable
estar por un instante fuera de estos mal trechos zapatos.
-¡Huaauuu! Julián
que maravilla! menos mal que no está el día muy frío ni llueve, es agradable
estar por un instante fuera de estos mal trechos zapatos.
Sus
hermanas manos, acariciaron a sus hermanos pies. El señor Julián viendo para su
zapato maltrecho y agujereado manifiesta.
hermanas manos, acariciaron a sus hermanos pies. El señor Julián viendo para su
zapato maltrecho y agujereado manifiesta.
-
En verdad que tu
hermano zapato, no duras mucho más, lo que aquí tienes ya no es un agujero, es
un gran socavón, tendré que ponerte un trozo más grande de cartón, para que
puedas resistir este caminar, por favor, no me falles ahora.
En verdad que tu
hermano zapato, no duras mucho más, lo que aquí tienes ya no es un agujero, es
un gran socavón, tendré que ponerte un trozo más grande de cartón, para que
puedas resistir este caminar, por favor, no me falles ahora.
-
Imaginariamente
el zapato del señor Julián le responde.
el zapato del señor Julián le responde.
-
Hermano Julián,
me pides que no te falle, pero si ya ni suelas tengo, por muchos trozos de
plástico o cartón que me pongas para remendar, no sé cuánto más puedo durar.
Hermano Julián,
me pides que no te falle, pero si ya ni suelas tengo, por muchos trozos de
plástico o cartón que me pongas para remendar, no sé cuánto más puedo durar.
Julián
introduce la mano en el maltrecho zapato, y saca de su interior, una piedrecita,
a la cual le dice.
introduce la mano en el maltrecho zapato, y saca de su interior, una piedrecita,
a la cual le dice.
-
Así que tu
querías viajar sin permiso, sabes, por tu culpa hemos tenido que parar.
Así que tu
querías viajar sin permiso, sabes, por tu culpa hemos tenido que parar.
Imaginariamente
la piedrecilla, le responde al señor Julián.
la piedrecilla, le responde al señor Julián.
-
Disculpe señor,
yo no he sido quien se introdujo en su zapato, fue su maltrecho zapato quien se
posó sobre mí, y este con su gran agujero, me absorbió hacia dentro. Sabe
usted, menos mal que usted me ha sacado del medio de la calle, ya estoy harta
que me pateen y pisen en todo momento, así que si no le molesta mucho, por
favor, me podría depositar en una esquinita de la calle.
Disculpe señor,
yo no he sido quien se introdujo en su zapato, fue su maltrecho zapato quien se
posó sobre mí, y este con su gran agujero, me absorbió hacia dentro. Sabe
usted, menos mal que usted me ha sacado del medio de la calle, ya estoy harta
que me pateen y pisen en todo momento, así que si no le molesta mucho, por
favor, me podría depositar en una esquinita de la calle.
-
El
señor Julián, mientras sujetaba la piedrecilla con su mano derecha, alguien le
pide una flor.
señor Julián, mientras sujetaba la piedrecilla con su mano derecha, alguien le
pide una flor.
-
Oiga florista,
véndame una flor.
Oiga florista,
véndame una flor.
El
señor Julián, no quiere que aquel señor que le acaba de pedir una flor, tenga
que esperarle a que él se vuelva a calzar. Sin-pensárselo más, camina hacia él,
descalzo, mientras caminaba, por un instante casi tira la piedra donde la
encontró, pero rápidamente lo piensa y ordena a su hermana mano derecha que la
guarde en su bolsillo de la chaqueta, así cuando estén cerca de su casita en
medio del campo, allí la depositara, así ella no tendrá que ser pisada en todo
momento.
señor Julián, no quiere que aquel señor que le acaba de pedir una flor, tenga
que esperarle a que él se vuelva a calzar. Sin-pensárselo más, camina hacia él,
descalzo, mientras caminaba, por un instante casi tira la piedra donde la
encontró, pero rápidamente lo piensa y ordena a su hermana mano derecha que la
guarde en su bolsillo de la chaqueta, así cuando estén cerca de su casita en
medio del campo, allí la depositara, así ella no tendrá que ser pisada en todo
momento.
Cuando
termina de vender su flor, mil gracias le da aquel señor, que le había comprado
la flor. El vuelve a sentarse en esa esquina de la calle. Él sonríe diciendo.
termina de vender su flor, mil gracias le da aquel señor, que le había comprado
la flor. El vuelve a sentarse en esa esquina de la calle. Él sonríe diciendo.
-
-
Jejeje, bueno
hermanos, ya hemos vendido la primera, y este primer dinero ya nos da para el
pan, si seguimos así, con media docena más vendidas, hoy ya tendremos para
comer.
Jejeje, bueno
hermanos, ya hemos vendido la primera, y este primer dinero ya nos da para el
pan, si seguimos así, con media docena más vendidas, hoy ya tendremos para
comer.
-
Imaginariamente,
los hermanos pies le responden a su hermano Julián.
los hermanos pies le responden a su hermano Julián.
-
Hermano Julián, solo
recuerda, que nosotros los pies, no sé cuánto más podremos aguantar, estos maltrechos
zapatos, no duran para mucho más.
Hermano Julián, solo
recuerda, que nosotros los pies, no sé cuánto más podremos aguantar, estos maltrechos
zapatos, no duran para mucho más.
-
Imaginariamente,
las hermanas manos manifiestan a sus hermanos pies, al igual que a su cansado
cuerpo.
las hermanas manos manifiestan a sus hermanos pies, al igual que a su cansado
cuerpo.
Tranquilos hermanos pies, sé que lleváis todo el peso
del resto de nuestro cuerpo, pero daros cuenta, que nosotras las manos, como sabéis,
tenemos mucho más que trabajar, los quehaceres de la casa, llevar la comida a
la hermana boca para podernos alimentar, rascar cuando un punto del cuerpo nos pica, lavar,
recolectar las flores del campo, y atender a todas as necesidades que el
hermano Julián ordene, ya que unidos estamos todos en este ya viejo cuerpo, qué
le vamos hacer hermanos, es ley de vida. Si uno de nosotros falleciese de
cansancio, o por una mal herida, imaginaros! qué gran desgracia!.
del resto de nuestro cuerpo, pero daros cuenta, que nosotras las manos, como sabéis,
tenemos mucho más que trabajar, los quehaceres de la casa, llevar la comida a
la hermana boca para podernos alimentar, rascar cuando un punto del cuerpo nos pica, lavar,
recolectar las flores del campo, y atender a todas as necesidades que el
hermano Julián ordene, ya que unidos estamos todos en este ya viejo cuerpo, qué
le vamos hacer hermanos, es ley de vida. Si uno de nosotros falleciese de
cansancio, o por una mal herida, imaginaros! qué gran desgracia!.
-
-
La
hermana boca, les dice a todos los demás.
hermana boca, les dice a todos los demás.
-
Demos gracias a
Dios, que todos estamos bien sanos, y aun podemos trabajar, ¡y si así no fuese!
Preguntaros, quien nos va alimentar!
Demos gracias a
Dios, que todos estamos bien sanos, y aun podemos trabajar, ¡y si así no fuese!
Preguntaros, quien nos va alimentar!
Julián
les habla tanto a sus pies como a sus manos.
les habla tanto a sus pies como a sus manos.
-
Ya,ya,ya,
tranquilos, sé que debemos comprar otros zapatos hermanos pies, y a vosotras
hermanas manos unos guantes para el invierno, así que os pido un poco más de
paciencia, y un poco más de comprensión.
Ya,ya,ya,
tranquilos, sé que debemos comprar otros zapatos hermanos pies, y a vosotras
hermanas manos unos guantes para el invierno, así que os pido un poco más de
paciencia, y un poco más de comprensión.
-
-
Hermano cuerpo,
como ya sabes, el trabajo no da para mucho más; y lo poco que vendemos, es para
alimentarnos y poder estar fuertes, es la única forma de seguir subsistiendo;
pero tan pronto se pueda, os prometo que compraremos esos zapatos, si antes no
encontramos alguno que nos valla bien, en algún cubo de basura, y a vosotras hermanas manos, esos guantes que
tanto necesitáis para el invierno. Y si no fuese así, tendremos que aguantar,
como lo hemos hecho hasta ahora, y de guantes en las manos, unos calcetines
como hemos echo otros inviernos.
Hermano cuerpo,
como ya sabes, el trabajo no da para mucho más; y lo poco que vendemos, es para
alimentarnos y poder estar fuertes, es la única forma de seguir subsistiendo;
pero tan pronto se pueda, os prometo que compraremos esos zapatos, si antes no
encontramos alguno que nos valla bien, en algún cubo de basura, y a vosotras hermanas manos, esos guantes que
tanto necesitáis para el invierno. Y si no fuese así, tendremos que aguantar,
como lo hemos hecho hasta ahora, y de guantes en las manos, unos calcetines
como hemos echo otros inviernos.
El
señor Julián ordena a las hermanas mano derecha e izquierda, que vuelvan a
calzar a sus hermanos pies, derecho e izquierdo y que ellas vuelvan a recoger
las flores.
señor Julián ordena a las hermanas mano derecha e izquierda, que vuelvan a
calzar a sus hermanos pies, derecho e izquierdo y que ellas vuelvan a recoger
las flores.
-
-¡Bueno hermanos,
ya está bien de descansar, ahora sigamos con nuestro trabajo, a ver si hoy aún podemos
comer!
-¡Bueno hermanos,
ya está bien de descansar, ahora sigamos con nuestro trabajo, a ver si hoy aún podemos
comer!
Y
así el señor Julián, con el resto de sus hermanos, cada día va caminando de una
calle a otra de la gran ciudad de Esperanza, llevando entre sus hermanas manos las flores, esas flores que deberán
vender cada día, para poder subsistir, de la gran pobreza que les rodea.
así el señor Julián, con el resto de sus hermanos, cada día va caminando de una
calle a otra de la gran ciudad de Esperanza, llevando entre sus hermanas manos las flores, esas flores que deberán
vender cada día, para poder subsistir, de la gran pobreza que les rodea.
-
¡Una flor
caballero! ¡Un ramo de margaritas señora!
¡Una flor
caballero! ¡Un ramo de margaritas señora!
-
Las más frescas,
las más bonitas.
Las más frescas,
las más bonitas.
-
Todas ellas
recolectadas en un campo de amor.
Todas ellas
recolectadas en un campo de amor.
-
¡Buen señor! ¡Cómpreme
una flor!
¡Buen señor! ¡Cómpreme
una flor!
Y al
final de esta historia cuento, se podría decir colorín colorado esta historia se
ha acabado, pero en la vida real la historia cuento no se ha terminado, porque
el señor Julián, cada día camina a través de la gran ciudad de Esperanza,
hablando no solo con su hermano cuerpo, sino con todo aquello que le rodea, animado
o inanimado, creando de su soledad, su propia fantasía de una historia de cuento.
final de esta historia cuento, se podría decir colorín colorado esta historia se
ha acabado, pero en la vida real la historia cuento no se ha terminado, porque
el señor Julián, cada día camina a través de la gran ciudad de Esperanza,
hablando no solo con su hermano cuerpo, sino con todo aquello que le rodea, animado
o inanimado, creando de su soledad, su propia fantasía de una historia de cuento.
AUTOR: KODESKO. R.P.R.
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